N.ª Sr.ª da Boa Viagem

 

Iglesia de N.ª Sr.ª da Boa Viagem

Largo da Igreja, Moita

Iglesia dedicada a N.ª Sr.ª da Boa Viagem, patrona de la villa de Moita. El edificio está clasificado, desde 2012, como Monumento de Interés Público, por representar un valor cultural de importancia nacional, teniendo, por eso, un régimen de protección asociado.

La iglesia, tal como se presenta, es el resultado de un conjunto de remodelaciones y ampliaciones efectuadas a lo largo de los varios siglos que alteraron y asimilaron la estructura de la primitiva ermita. Su fundación, que data de 1631, se debió a los habitantes y marinos devotos de N.ª Sr.ª da Boa Viagem, que con esfuerzo costearon y llevaron a cabo su construcción. En la época, la capilla medieval de S.Sebastião, situada al lado del cementerio, ya no disponia de espacio adecuado para atender las necesidades de los creyentes y el hecho de encontrarse lejos de este núcleo habitacional junto al río, dificultaba su acceso tanto por parte de los residentes como de los innumerables viajeros que utilizaban el muelle de la villa como punto de embarque. Sesenta años después de su construcción, ganó el estatuto de matriz, cuando Moita fue elevada a categoría de pueblo, por carta regia de D.Pedro II.

La iglesia tiene una arquitectura de influencia clásica, de gusto manierista, presentando una fachada de líneas simples, con alguna contención y austeridad al nivel de los vólumenes y de los elementos ornamentales, escenario que se extiende a una estructura dotada de gran funcionalidad y utilitarismo. Este estética arquitectónica, considerados de origen portugués y se llama estilo sencillo, refleja una época tumultuosa de crisis y dificultades económicas que se mantuvo durante más de un siglo, después del periodo “áureo manuelino”.

La sobriedad estructural contrasta, sin embargo, con el programa decorativo de su interior a raíz de reformas posteriores que tuvieron lugar durante la época barroca. Fue precisamente durante este período que el azulejo se convirtió en una expresión artística privilegiada para la narración litúrgica. Sus altas potencialidades comunicativas están bien patentes en el revestimiento azul y blanco de 1719, de temática mariana, que llena la totalidad de las paredes de la nave, a la que se une el espacio de la fuente adornado con azulejos de figura suelta. La utilización del azulejo en conjunto con las demás artes decorativas aqui presentes, como la talla dorada de los altares, el púlpito de piedra de la nave, los revestimientos marmóreos, los retablos, las imágenes, y las pinturas del techo, contribuyó a proporcionar una mayor envolvencia espiritual dando una dimensión globalizante al espacio religioso.

Después del gran terremoto del 1 de noviembre de 1755, la capilla mayor fue rápidamente recuperada, pero la torre campanario y la capilla lateral , que contiene un altar de talla dorada setecentista y las imágenes del Senhor dos Passos y de Nossa Senhora das Dores, sólo se reconstruyeron años más tarde, con las obras a ser siempre sufragadas por los moradores. La fecha de 1872 inscrita en uno de los escalones de la entrada de la iglesia señala ciertamente otras intervenciones realizadas, cuyo alcance se desconoce , bajo responsabilidad material y financiera de la propria comunidad local. Esta obligación, por lo demás, había quedado instituida en la provisión regia de D. Filipe III, rey que legitimó la construcción de la primitiva ermita.

Remontando probablemente a la misma época , las Fiestas en Honor de N.ª Sr.ª da Boa Viagem, cuyo origen se debe también a la devoción de los marítimos , tienen lugar en el mes de septiembre. Son las festividades de mayor relevancia del municipio y están entre las más importantes realizadas al sur del Tejo. Su programa junta habitualmente componentes de ámbito religioso, profano, rural y marítimo a lo largo de sus diez dias de duración. Entre otras, se destacan las celebraciones religiosas que tienen su máximo esplendor en el primer domingo de las fiestas. En este día, la imponente procesión recorre las calles de la villa, en un trayecto de casi tres horas que culmina con la llegada de la santa patrona al muelle. Es en ambiente de gran emoción y fiesta que tiene lugar la bendición de las embarcaciones tradicionales allí ancladas, engalanadas en rigor para recibir gracias y protección divina para “un buen viaje”.